martes, 1 de octubre de 2019

Aniversario del 1-O

Hay periodistas que cobran de los secesionistas con el fin de glorificar el que fue uno de los días más nefastos y ridículos de Cataluña, y lo hacen; y los hay que cobran de aquellos empeñados en hacer el mal en todo momento y lugar y con ese fin vitorean a los secesionistas. A algunos de esos periodistas los veremos dar un acrobático salto, similar a los que han dado anteriormente.
Tranquiliza, sin embargo, saber no solo que hay catalanes que están hartos sino que, además, los catalanistas no están dispuestos a arriesgar lo que tienen. Es decir, lo que quieren no les merece ningún sacrificio: quieren que se les dé por las buenas. Y en el caso de que no se les dé hay indicios de que pensaban servirse de la más vil, cobarde e indigna de las actividades humanas, como es el terrorismo. Ahí están para demostrarlo, las detenciones siete catalanistas, sus simpatías por los etarras Otegui y Boye, su cobardía, puesto que unos huyen y los otros alegaron en el juicio que todo era broma, y que tampoco sería la primera vez.
Que lo suyo es un caprichito, propio de niños ricos, caprichosos y consentidos lo demuestra el hecho de que se basan en la mentira, la tergiversación histórica, el acoso en todas sus formas a los disidentes, llegando a la violencia física, o amenazando con ella, y que para intoxicar a todo el mundo con sus patrañas se sirven del dinero de los impuestos de los españoles, y esto desde hace siglos.
Conviene recalcar también que el título que tiene Torra es el de Muy Honorable. Me ha dado la risa al escribirlo. Pero es que antes de él lo tuvo Puigdemont, el émulo de Dencás, y antes Mas, que lo heredó de Pujol. La Banda de los Honorables, se podría decir. Alguien debe de sentir mucha vergüenza.


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