Se avecina un invierno que puede ser mortal para los más pobres. Los gobiernos de algunos países europeos están preparando a sus ciudadanos para un posible apagón. El de España no, porque todo su empeño está puesto en la propaganda, en hacer creer que hace algo. Ahora ha ido una ministra a Argel, como si acabara de enterarse de algo, cuando hacía meses que lo sabía. Siempre engañando, y hay un sector de la población, no menos perjudicado que el resto, al que le va la marcha.
Y en esas que llega un cargamento de gas por mar y enseguida aparece Greenpeace a impedir que el barco que lo trae pueda descargarlo, para que los ancianos se mueran de frío. ¿Quién permite a los barcos de Greenpeace navegar por las aguas españolas?
España es una democracia, con su Parlamento y sus leyes, que deberían cumplirse y unos políticos que deberían cumplirlas y hacerlas cumplir. Por tanto, actividades como las de esta ONG, tan nefastas, están fuera de lugar.
Pero no sólo es Greenpeace quien quiere mal a los españoles, hay partidos políticos cuya finalidad es perjudicar a España todo lo que puedan. Quienes se encargaron de sentar las bases para que los españoles pudiéramos vivir en democracia se lucieron. En lugar de pensar en el bienestar de los ciudadanos, se creyeron, por la cara, más demócratas que nadie y dieron vía libre a los enemigos de la nación. Y merced a esa estupidez, unos están en el gobierno haciendo todo el mal que pueden, y otros lo apoyan. Aprovecho para saludar a Pascual Sala, Eugenio Gay, Elisa Pérez Vera, Pablo Pérez Tremps, Luis Ortega y Adela Asúa.
En el gobierno hay unos a quienes el bienestar de los españoles les importa un bledo, como es el caso de los socialistas, y otros que los tratan de hundir en la miseria, que son los comunistas, como todo el mundo debería saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario