El Muy Honorable Jordi Pujol, al que Tarradellas no podía ver ni en pintura, pero al que otros no se cansaban nunca de alabar, es el autor de esta perla que va a continuación, con la que demostró que lo suyo era la capacidad de maniobra y manipulación, facetas en las que alcanzó altas cotas, pero el terreno del pensamiento siempre fue un degenerado. Sobre el hombre andaluz: «Ese hombre anárquico y humilde que hace centenares de años que pasa hambre y privaciones de todo tipo, cuya ignorancia natural le lleva a la miseria mental y espiritual y cuyo desarraigo de una comunidad segura de sí misma hace de él un ser insignificante, incapaz de dominio, de creación. Ese tipo de hombre, a menudo de un gran fuste humano, si por la fuerza numérica pudiese llegar a dominar la demografía catalana sin antes haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. Introduciría en ella su mentalidad anárquica y paupérrima, es decir, su falta de mentalidad».
Salgamos ahora de la mente del Muy Honorable, al que siguen adorando muchos catalanes, porque les supo lavar el cerebro, y vayamos a los hechos, a la realidad:
https://twitter.com/VicenteTorres/status/1448161925746118658?s=20
Como se aprecia claramente en el enlace, por un lado andan gentes que están por desbravar, casualmente catalanas, y el por el otro hay educación, arte, civismo, alegría…
La civilización se hizo patente en Valencia en el año 960, con el Tribunal de las Aguas. La civilización es el respeto a la ley. Más de mil años después han conseguido el poder los catalanistas y la vida salvaje vuelve a asomar por aquí.
Todo apunta a que en Andalucía prevalecerá la cordura y esta región poco a poco irá consiguiendo ocupar el puesto que le corresponde en España, mientras que Cataluña, empujada fuertemente por Jordi Pujol hacia el barranco, no conseguirá desviar la ruta. Iceta y el Felón harán lo posible para que la caída sea brutal.
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