domingo, 29 de mayo de 2022

De Rajoy a Yoly

 

La que posiblemente sea la peor ministra de Trabajo de todos los tiempos siempre está inventando. Se conoce que se cree que todo el mundo es como esas personas entregadas que acuden a sus mítines y a las que si les dice a las diez de la mañana que es de noche se lo creen y le aplauden. Últimamente, ha concebido los días breves: «en breves días»… ¿Serán días de 23 horas, de 22?

Hace poco, con la frescura -de fresca- que le caracteriza, soltó por su boca que ella había creado más empleo que Rajoy. Le faltó decir que el empleo que se creaba en el tiempo de su paisano era privado, mientras que el actual es público. Así, cualquiera.

Podría mostrar los datos de los suicidios y las depresiones en los tiempos de Zapatero, de Rajoy y Sánchez.

Las generaciones venideras lo van a pasar muy mal. Tendrán que pagar la deuda y es dudoso que tengan jubilación y Sanidad. Claro que los planes de los comunistas son peores todavía.

Una ventaja tiene esta con respecto a otra ministra comunista sobre la que se cierne una demanda que le quitará las ganas de todo, y es que, por lo menos, sonríe, mientras que la otra habla en un tono impropio, que la retrata.

Hace poco, esta, la del paro creciente, quiso hacer creer que se levanta a las cinco -puntualizó que de la mañana- para trabajar. Pero tiene una pinta de gandula que no se la acaba. A la gente laboriosa se le nota que lo es, no necesita ir pregonándolo. Y, luego, cuando habla lo hace despacio, para que lo entienda todo el mundo. El caso es que no dice absolutamente nada. Pero necesita hablar, para que sepan que está ahí, porque si no hace nada y tampoco dice nada, el personal se va a creer que no existe.

Pero, parece ser que le queda poco ya. El comunismo, afortunadamente, ha perdido mucho tirón electoral.

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