Tiene este presidente del gobierno, que más que eso parece una plaga bíblica, un número infinito de asesores pagados con dinero público, pero se conoce que no tienen la misión de informarle y avisarle, sino de convencerlo día tras día de que es el más guapo.
De modo que si se cree que el insulto a la Guardia Civil le va a reportar algún voto, está muy equivocado. Los tiempos cambian, en la política hay ciclos y el chicle que empezó a mascar Pujol ya no da más de sí.
Los catalanes ven que el Madrid de Ayuso crece, porque ella tiene arrestos para defender las empresas y los puestos de trabajo de los madrileños, mientras que Cataluña cae en picado, porque lo que hacen sus políticos es exprimir y burlar a los catalanes. Poco a poco van abriendo los ojos y lo que quisieran ahora muchos de ellos es que la Guardia Civil se llevara esposados a unos de los que los están arruinando.
Quizá entonces ese insulto le granjee la simpatía de los golpistas o aspirantes a golpistas. Pues tampoco, porque para ellos es una señal de que todavía pueden exigir más.
Hay otra explicación que no sustituye a las anteriores, sino que es la guinda para añadir a cualquiera de ellas y es que le gusta mucho ofender a quienes no merecen ser ofendidos y tratar con guante de seda a los canallas.
Se le ha vaticinado que acabará en el banquillo y yo eso no lo sé. Me conformo con que desaparezca de la política, para que no pueda hacer más daño. Ahora bien, que hay mucha gente deseosa de que así ocurra y que tenga un juicio justo y esté perfectamente defendido, sí lo sé.
Y que cuando salga del gobierno no tardará mucho tiempo en poder hacer una tesis sobre la soledad, sin necesidad de plagiar y a pesar de su torpeza, también lo sé.
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