Dijo Savater algo sobre que Otegui sería lendakari. Como no me dio tiempo a ver más que el titular, ignoro si su intención era hacer ver la situación en que se encuentra el País Vasco, o si realmente piensa que acabará sucediendo esto.
Posteriormente Maneiro explicó que eso no sucederá nunca, o sea, que seguramente era la segunda opción.
Haberle dejado las manos libres a Arzalluz todo el tiempo tiene estas consecuencias. Se ha dedicado a envilecer el País Vasco, y de paso toda España, y a imponer su dominio en todas partes. Seguramente, es quien más influencia ha tenido en la política española. Ha sido ayudado por obispos y curas.
Lo tenía todo bien atado para que el PNV resultara determinante. por los siglos de los siglos, habida cuenta de que el gobierno de turno nunca se enteraba de nada.
Pero ha llegado Sánchez y lo va a echar todo a rodar. Siente la necesidad de traicionar siempre que pueda hacerlo de forma impune. Es algo superior a sus fuerzas.
Si viviera Arzalluz, la traición al PNV no podría llevarse a cabo, porque le habría tomado la matrícula desde el primer momento y sabría cómo tenerlo acojonado -y eso le resultaría fácil- y encandilado, lo cual tampoco le costaría mucho.
Digamos que Arzalluz fue igual de malvado que Sánchez, pero mucho más inteligente y con un plan de actuación, mientras que este es esclavo de sus pasiones, aquel las tenía ordenadas meticulosamente y procuraba tenerlo todo previsto de antemano.
Muerto Arzalluz, el PNV se ha quedado huérfano y viviendo de las rentas. No han visto venir la jugarreta de este pájaro y ahora les quedará el derecho al pataleo.
Pocas cosas le gustarían más a Sánchez que ayudar a Otegui a convertirse en lendakari y asistir a la desolación que el hecho produciría en ciertos sectores de la población, a los que odia fieramente. Le gustaría burlarse de ellos en las Cortes.
Lo que ocurre es que a lo mejor no llega. Este gobierno ya no da más de sí. Tiene que caer.
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