viernes, 13 de mayo de 2022

V.E.R.D.E.

 

Zapatero y Sánchez han dejado el prestigio internacional de España por los suelos. No es el único daño que hacen. El primer ministro de Exteriores socialista también resultó catastrófico, pero González reaccionó a tiempo y lo sustituyó por Fernández Ordóñez, que hizo una gran labor.

Pero quien mejores servicios ha prestado a España en este campo ha sido Juan Carlos I. Es una gran injusticia que personas que no han hecho nada bueno por nuestro país, sino que sólo traen perjuicios le pidan cuentas y lo tengan viviendo en el extranjero.

Fue Rubalcaba quien propuso que se aprovechara la circunstancia de que estaba al mando del PSOE para que Juan Carlos I abdicara, puesto que no se fiaba de quienes le iban a suceder en el partido. El anterior Rey aceptó la propuesta en beneficio de los españoles.

Los enemigos de los españoles atacan lo que mejor funciona: A la Corona y a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Los desaires y agravios que han de soportar ambos prueban la escasa calidad democrática de sus enemigos, que lo son de todos los españoles.

Felipe VI está aguantando el tipo con entereza y serenidad y se puede afirmar que mientras esté en el trono tendremos democracia en España.

Tenemos la suerte de que sus enemigos son más salvajes que avisados. El presidente del gobierno, Sánchez, no se distingue por su capacidad de cálculo, sino que es esclavo de sus pasiones. De sus odios, de sus celos, de su necesidad de sentirse poderoso.

Rubalcaba lo supo conocer, y luego Felipe González intentó enderezar la deriva del PSOE apoyando a Susana Díaz, pero ya no le hacen caso en el partido.

Sánchez, con sus decisiones, que son todas y cada una de ellas, una traición a los ciudadanos, va ahondando su tumba. Algún día se tendrán que dar cuenta los barones de que también cava las de ellos. Quizá no lleguen a tiempo.


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