martes, 14 de junio de 2022

Argelia rompe relaciones con España

 

Si Sánchez fuera un señor, lo cual no está dentro de sus posibilidades, por mucho que se lo quieran hacer creer los aduladores de turno, habría dimitido ya para no perjudicar a los españoles.

Son muchos ya los que alegan, entre ellos el gobierno argelino, que está siendo sometido a chantaje por Marruecos. Y desde luego que su conducta está siendo inaceptable y las decisiones que toma lesivas e indignas para los españoles.

Su torpeza -puesto durante el tiempo que está en el escaparate no mostrado ningún signo de inteligencia, mientras los de cara dura, desparpajo y capacidad para mentir los viene ofreciendo a raudales-le ha llevado a cometer errores mayúsculos, sólo o en compañía de su esposa -cuyo talento tampoco permite presumir de él- y seguramente pensaban los dos que los gobiernos de Argelia y Marruecos no se iban a enterar de nada.

En España todo el mundo, excepto los socialistas que se empeñan en no ver, se da cuenta de todo. Si cualquiera de sus barbaridades las hubiera hecho alguien del PP habría ardido España.

Lo más curioso del caso es que él, lejos de estar avergonzado por haber causado tanto daño a los españoles y preocupado por la situación en que van a quedar muchos tras su catastrófico mandato, lo que siente es mucha indignación por esos ciudadanos que no están dispuestos a votarle, y que en lugar de aplaudirle con entusiasmo, lo critican.

No ha sido capaz de desmentir esas sospechas puestas sobre el tapete de que lo están chantajeando. Se defiende contando fábulas y quimeras y acusando a otros de todo lo que le da la gana, como si la oposición no tuviera derecho a pedir cuentas, como si todo el mundo tuviera la obligación de estar de acuerdo con lo que hace, aunque esto, incluso, pudiera ser delictivo.

Si el PSOE no es capaz de quitarlo de en medio, él puede acabar con lo que venimos conociendo como España.


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