miércoles, 15 de junio de 2022

Los sindicatos de Yoly

 

Estamos en esa situación que la mayor parte de las familias conoce perfectamente y que consiste en decidir qué cosas son necesarias y de cuáles se puede prescindir, porque el dinero no alcanza para todo ni mucho menos.

Lo imprescindible es el Estado del Bienestar, o sea, las pensiones y la Sanidad. Lo demás no es que sea prescindible, es que prescindiendo de todo no alcanza para esas dos cosas.

Sin embargo, la clase política, y en especial la demagógica, nos va presentando el asunto de modo que nos vayamos haciendo a la idea de que habrá de prescindir de lo imprescindible, en principio parcialmente, pero luego cada vez más y, en cambio, lo prescindible nos lo presentan como inevitable.

Entre los demagógicos ocupan un lugar destacado los comunistas, que no son light, como los de la Transición, que habían abrazado el eurocomunismo, sino de los de Stalin. A pesar de que no hay dinero, lo despilfarran a manos llenas; todas las medidas que proponen o que llevan a cabo tienen consecuencias catastróficas, aunque ellos, con el desparpajo que les caracteriza lo presentan como avances sociales. Avances hacia la miseria, claro.

Lo mejor que se ha dicho de Yoly es que tiene la cabeza vacía. No es para menos, puesto que afirma que el comunismo es democracia y libertad. Con la misma cara dura presume de creación de empleo. Omite que el que crece es el público, mientras que el privado se destruye. O sea, cada vez más cerca de la miseria.

Fiel a su costumbre de decir lo que quiere y callar lo que no le conviene, manifestó que los sindicatos son necesarios, lo cual es rigurosamente cierto, pero si luego los desactiva con sus dádivas es como si no hubiera. Es significativo que esta señora utilice el dinero de los trabajadores para quitarles los sindicatos a los trabajadores.

Por otro lado, desde el principio, UGT y CC.OO. han sido correas de transmisión del PSOE y el PC.

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