jueves, 2 de junio de 2022

Error al interpretar el periodo zapateril

 

No soy yo quien se ha equivocado, sino Ignacio Varela, en una entrevista publicada por The Objetive. Dice que la crisis que tuvo que afrontar Zapatero surgió fuera de España, pero que él no supo hacerle frente. Eso no cierto. Tampoco estoy de acuerdo con lo que dice sobre Felipe González, pero eso es opinable.

El caso es que cuando la crisis mundial Zapatero sonreía complacido, porque no iba a afectar a España, según él y, además, los bancos españoles disfrutaban de una salud mucho más fuerte que la de los del resto mundo. Poco después empezaron a caer uno tras otro y de milagro se salvó alguno.

Finalmente, estalló la crisis española, a causa de haber construido más casas de las que el mercado podía absorber. El estallido de la burbuja inmobiliaria fue dramático. De pronto la gente dejó de comprar muchas cosas. Negocios que llevaban decenios funcionando perfectamente tuvieron que cerrar. El negocio inmobiliario se fue a pique y muchos empresarios de este sector se arruinaron de modo irreversible. Muchos de los que habían comprado casas no pudieron pagar las cuotas, y tampoco vender las viviendas, porque se habían depreciado mucho. Y la crisis mundial vino a agravar la situación de España a causa de que la importaciones y exportaciones decrecieron mucho.

Zapatero fue nefasto, se le mire por donde se le mire, de modo que se pensaba que no podría salir nadie peor. Pero, como dice Varela, y en esto sí que ha acertado, Felipe González inventó un partido nuevo al que le puso unas siglas antiguas.

Si tuviera las cualidades que le atribuye Varela, el PSOE sería un partido admirable. No ocurrió así porque González es mezquino. Como consecuencia, lo hay en ese partido es mezquindad a raudales, como se va viendo no sólo en los líderes de los partidos.


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