El pasado día 3 de los corrientes, Mónica Lora, de VOX, presentó una propuesta en el parlamento regional catalán en contra de los matrimonios forzosos.
Se puede decir de forma retórica que sorprende que el PSC se alineara con los partidos catalanistas, o sea xenófobos, para rechazar esta propuesta por considerarla xenófoba.
El disparate se apoya en la peregrina idea de que con esta propuesta se pretende criminalizar a los inmigrantes ya que la mayoría de los casos es perpetrado por extranjeros.
¿Cómo que la mayoría? Todos los casos son perpetrados por extranjeros. ¿Y cómo que se pretende criminalizar a nadie? Lo único que se puede pretender con esta propuesta es poner freno a esta práctica brutal.
De los partidos catalanistas no se puede esperar nada bueno, son partidos además que no deberían ser legales, puesto que son antisistema. Juran o prometen fidelidad al Rey y a la Constitución, y luego atacan a ambos con saña y sin vergüenza. De hecho, los matrimonios forzosos son contrarios a la Constitución, por tanto, lo único que habría que hacer con ellos es cumplir y encerrar a los delincuentes.
Que el PSC, partido hipotéticamente constitucional y autodeclarado feminista vote con ellos en contra de la propuesta de VOX es jocoso.
Luego está la bobería tan peligrosa que se ha instalado en las mentes que no están preparadas para discernir de forma adulta en torno al asunto de los inmigrantes. Y es que la hospitalidad no obliga a permitir que te lo rompan todo. De hecho, desde el momento en que aquel a quien se ha invitado a venir o se le ha permitido que lo haga no se comporta como se espera de él debería dar por perdido su derecho a continuar en el lugar de acogida.
No creo que ninguno de esos buenistas permitiera a nadie que tuviera invitado en su casa que se comportara de cualquier modo.
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