La Marcha Verde se inició el 6 de noviembre de 1975. Un mes antes no se habrían atrevido a hacerlo. Esta preparada de antemano y pilló por sorpresa a los responsables españoles, que no llegaron a imaginar algo así y tampoco se atrevieron a reaccionar dado el clima de incertidumbre y provisionalidad que imperaba en ese momento.
Marruecos tiene planes a largo plazo y según pasa el tiempo va ganando la posición en cada uno de ellos. Por supuesto que ninguno de esos planes marroquíes tienen ninguna base jurídica ni histórica, porque si la tuvieran actuaría de otro modo. Tiene aliados poderosos, a los que tampoco importa la razón y la justicia.
Desde la inicial maniobra traicionera del rey de Marruecos, España se ha ido dejando ganar el terreno. También, en aquellos primeros tiempos se lo dejó ganar por la ETA y por otros grupos terroristas que surgieron y también por los nacionalistas periféricos.
La pregunta que surge es: ¿Por qué en la España democrática no se ha podido hacer en ningún momento una política de Estado? ¿Por qué nunca se han podido poner de acuerdo los dos grandes partidos nacionales, de modo irreversible, en unos pocos asuntos que son claves para el bienestar de los españoles? No han tenido muy en cuenta esto último, han dado prioridad a los deseos de venganza.
El Alto Comisionado de la ONU les dijo a los saharauis: ustedes tienen razón, pero no tienen fuerza para defenderla.
Marruecos no tiene ningún derecho sobre el Sahara. Los saharauis han sido españoles hasta hace poco. España es la potencia administradora del Sahara. España no debe dejar en la estacada a quienes no tienen otro asidero. Franco no lo habría hecho. Esperaron a que estuviera enfermo de muerte para hacer la jugada.
La España democrática tiene más bazas legales que la del franquismo para defender los derechos de los saharuis. Debe hacerlo en todos los foros del mundo, afeando su actitud a Estados Unidos, a Francia y a quien haga falta. Ellos tienen que comprender que España defiende su dignidad.
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