Hay
que recalcar que están en gobierno para que quede claro que no
tienen vergüenza. Si la tuvieran renunciarían a sus cargos o no se
manifestarían en contra del gobierno del que forman parte.
Los
cargos se los ha ofrecido Sánchez, como todo el mundo sabe, y el
PSOE lo acepta, porque en caso contrario unos y otros pierden las
nóminas. No tiene vergüenza ninguno.
La política es, en su concepción, la actividad más noble de todas, porque se supone que quienes se dedican a ella sacrifican unos años de sus vidas para intentar mejorar las de los demás. En la práctica y a la luz de los comportamientos citados anteriormente, es un oficio de trileros.
Leopoldo Calvo-Sotelo fue el presidente mejor dotado intelectualmente de todos los que hemos tenido en democracia. Durante su corto periodo en la presidencia del gobierno formalizó el ingreso de España en la OTAN. Dijo: y de aquí no nos saca nadie.
No tardó en llegar Felipe González, que había gastado un dineral, pero no de su bolsillo sino de los impuestos, en una campaña contra la OTAN. No tenía suficiente inteligencia para poder calibrar la de su antecesor. Cuando llegó al gobierno no tuvo más remedio que ver la realidad. Y carente de escrúpulos gastó otro dineral en una campaña a favor de la OTAN.
Lo de los comunistas no es cuestión de falta de talento, que efectivamente no tienen, porque no es porque no lo entiendan, sino que su intención es perjudicar a quienes le pagan el sueldo, que son los españoles. Y se les consiente.
Esos miserables comunistas vierten muchas mentiras sobre la OTAN, que vienen a coincidir con las de Putin y otros degenerados.
La OTAN es una organización defensiva. No tiene voluntad expansionista, ni empieza guerras. Simplemente defiende a los socios que son atacados. Desaparecerá cuando no haya motivos para temer una agresión, o sea, cuando desaparezca el comunismo, que sí es expansivo y empieza guerras.
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