El tesoro más valioso que tiene cualquier país, cualquier grupo humano, es el que componen los más jóvenes. El Estado tiene la obligación de cuidarlos por encima de todo, porque si no es así el porvenir se presenta sombrío.
El Estado español traicionó a los niños al transferir las competencias educativas a las Autonomías, en las que en muchos o casi todos los casos han quedado en manos criminales, por decirlo pronto y claro. En la región del nordeste de España se han echado a perder varias generaciones merced al adoctrinamiento y a tener que estudiar cosas innecesarias. Pero eso está, en mayor o menor grado, generalizado en casi toda España.
Por si no se le hubiera hecho bastante daño a la infancia y a la juventud, Podemos, comunismo estalinista, ataca a la enseñanza concertada. Lo propio de los comunistas es adoctrinamiento, o sea, que...
Pero es que, además, la iniciativa privada funciona mejor en casi todos los ámbitos, por la sencilla razón de que pone en juego su propio dinero, mientras que la pública dispara con pólvora de rey. No hay más que fijarse en como dilapidan el dinero los ministros comunistas, sin beneficio para nadie fuera de ellos mismos, y sin que les importe lo más mínimo dejar sin Estado del Bienestar a las generaciones futuras a causa del elevado endeudamiento de España.
La pulsión comunista es puramente dictatorial y es un contrasentido que un partido comunista forme parte de un gobierno democrático, lo que sólo puede explicarse, que no justificarse por la condición enfermiza de quien lo preside. Un personaje que esclavo de sus pasiones más bajas y de sus delirios de grandeza.
Los auténticos demócratas españoles, no los de boquilla, deberían comprender que las cosas no pueden seguir así, los comunistas no deben seguir ni un minuto más en el gobierno, y hay que elaborar un plan de salvación de los niños, haciendo cumplir las leyes en primer lugar y formalizando un pacto para rescatar las competencias educativas lo antes posible.
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