miércoles, 22 de junio de 2022

La luna de Valencia brilla más pura

 

Mónica Oltra llegó a la política valenciana para emponzoñarla, con sus malos, con su juego sucio, con su desvergüenza. Fundó, o ayudó a fundar, un partido compuesto por personas como ella, catalanistas todas, o sea, destructivas, llenas de rencor y de rabia y dispuestas a destrozarlo todo.

No diré que Rita Barberá, una de sus víctimas, fue la mejor alcaldesa de Valencia, de hecho, la critiqué mucho mientras estuvo en el cargo -hay que criticar siempre al poder-, pero si digo que de todos los alcaldes que ha tenido esta ciudad es la que más la ha querido seguramente estaré en lo cierto.

El desenlace feliz se ha dado gracias al tesón de Cristina Seguí, con quien no tengo ningún trato, ni he coincidido jamás con ella en ninguna parte. Pero es necesario adentrarse en las explicaciones que da sobre este caso para comprender que es necesario y urgente que la justicia y los medios de comunicación sean independientes. Ha sufrido todo tipo de insultos, trabas y amenazas por defender a una menor indefensa.

Daré dos datos sobre el caso Oltra. Dada la composición del tribunal eran muchos los que pensaban que no se daría el caso de que fuera imputada. Se dio.

El actual director del ABC lo era de Las Provincias en el tiempo de los hechos. Por ese motivo y por otros que me callo tiene información de primera mano. Su Tercera de hace unos días, titulada ‘Cosas que pasan en Valencia’ es significativa. Poco después hizo una portada también dedicada a Oltra. Puede suponerse que tiene su pronóstico hecho sobre el final del caso.

Escribí el domingo por la noche que la repugnancia que causa Mónica Oltra, socia del PSOE, pudo proporcionarle un buen caudal de votos al PP.

Cabe decir ahora que el resultado de las elecciones en Andalucía ha asustado a Chimo Puig, por lo que ha obligado a dimitir a su socia. Puig también es catalanista y a través de Gabriela Bravo tenía que ser consciente desde el principio de la gravedad del caso Oltra. O sea, que tampoco ha tenido miramientos con la menor, ni con los valencianos. Lo correcto es que dimita.

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