miércoles, 1 de noviembre de 2023

El Felón ha prometido lealtad a Leonor

 

Sócrates se encaraba con un soldado que presumía de valiente y mediante una serie de preguntas conseguía que definiera de manera exacta el valor. El paso siguiente es que dicho soldado no tenía más remedio que reconocer que era cobarde.

Y así sucedía con quien presumía de ser justo, equitativo, generoso, etcétera.

Lo mismo le habría ocurrido al Felón si hubiera entablado diálogo con Sócrates, sobre la lealtad.

Al margen de que ese diálogo con Sócrates es imposible, y también lo es con alguien que no le haga la pelota, se puede afirmar que el Felón está convencido de que es leal y cumplirá su promesa con Leonor. Y está convencido de ello, como también de poseer cualquier otra virtud, o sea, todas las virtudes, porque para él ser leal o ser justo, es conseguir lo que quiere. Todo lo que le sirva para conseguir sus propósitos es leal y es justo.

Cuando dijo aquello de «usted no es decente, señor Rajoy», lo pensaba exactamente así, porque Rajoy era el que le impedía lograr lo que deseaba. Puesto que era un obstáculo, no era decente.

Hay que fijarse en que nunca explica las cosas. Si acusa a alguien, burlándose de no creer en el cambio climático, no se siente obligado a explicar por qué está tan seguro, ni los motivos por los que no admite las dudas. Creer en el cambio climático le conviene, entonces los que lo niegan son obstáculos en su carrera.

Si dice que subir el salario mínimo es un logro, aunque los datos digan que hace aumentar el paro y asfixia a los pequeños empresarios, no cree necesario explicar por qué lo considera así. Si no ha tenido más remedio que ceder ante sus socios para seguir conservando el cargo, esa medida es buena. Según él.

Él no puede salirse del guion, porque no está en sus cabales, pero los demás socialistas, o al menos la mayoría de ellos, sí. Pero no lo hacen, porque no tienen vergüenza, ni la conocen.

Esos libros míos

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