Luis Miguel Dominguín fue, al igual que yo soy, un ser imperfecto, pero lo que no se le puede negar es el valor y la inteligencia.
Todos los toreros son valientes, pero con el valor solo no se puede poner nadie delante de un toro. Hace falta mucha inteligencia para saber entenderlo y manejarlo. Luego, unos toreros tienen más que otros, pero estas dos cualidades son comunes entre todos.
Cuando Lucía Bosé decidió quedarse a vivir la casa que compartieron, él dijo: Castilla es muy fuerte, alabando la valentía de ella.
Castilla es muy fuerte y España también. España es como Don Quijote atreviéndose con todo. Las hazañas llevadas a cabo por nuestra nación lo confirman.
La piel de toro, refleja muy bien lo que es España: un toro bravo. Se está viendo. Cientos de miles de españoles protestando en las calles, de forma pacífica y civilizada. Las gamberradas las hacen los catalufos y bilduetarras. No merecen ser españoles.
Pues hay dos maletillas, dos pícaros de poca monta -en realidad son más, pero esos dos los representan a todos, del mismo modo que el salvaje de Tarrasa representa a todos los catalufos- un feloncillo y un vivales, que intentan torear a España. Piensan que están en ventaja y quieren abusar y reírse de todos. No se han dado cuenta de la fuerza que tiene el toro y, por tanto, no han previsto que pueden volar por los aires, corneados y recogidos de nuevo al caer, para volver a lanzarlos por los aires.
La furia de los españoles la tuvo que sufrir Napoleón, bastante más capacitado y valiente que ese par, que en cuanto se den cuenta de la aventura en la que se han metido se van a ir por la pata abajo. De hecho uno de ellos ya ha pedido más protección policial, pero a lo mejor también un coche con un maletero amplio y cómodo.
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