Ante el golpe de Estado, riadas de fachas hemos llenado las calles y las plazas de España protestando por el atropello.
Pocos días antes, el aspirante a dictador, un felón de pocas luces, había dicho que es de ignorantes considerar sectaria y revanchista la Ley de Memoria Democrática. Como si él no fuera ignorante y malintencionado. Como si no hubiera mucha literatura a disposición de quienes quieran informarse. Como si con su actitud no estuviera dejando bien claro que la culpa de la guerra civil la tuvo el PSOE. Si no fuera así, dejaría que los historiadores hicieran su trabajo. En cambio prefiere imponer su versión sectaria y revanchista.
En Portugal hay separación de poderes. El Fiscal General es independiente. En España, los fiscales piden la dimisión del Fiscal General, por entender que está al servicio del Felón. Al Tribunal Constitucional le llaman Tribunal Prostitucional.
Solo faltaría que metieran en la cárcel a los jueces y policías que han hecho su trabajo. Sería el desencadenante de una nueva guerra. Pudo haberlo sido el intento de asesinato de Vidal-Quadras, pero él, con una gallardía que le honra, se apresuró a señalar a Irán, para que no se señale a los golpistas.
Riadas fachas hemos salido a defender la democracia. Mientras los socialistas con plaza en el pesebre, apoyan el golpe. ¿Cómo pretenden tener razón en alguna cosa, si es evidente que la razón no les importa? ¿Cómo un felón puede negar su espíritu revanchista y sectario? Las viejas glorias del socialismo, las que ya ni pinchan ni cortan, están en contra de la fechoría. La inmensa mayoría de las instituciones españolas está en contra del golpe de Estado.
La democracia nos vino regalada. Nos la consiguió Adolfo Suárez, con gran esfuerzo. Los españoles la queríamos. Ahora tenemos la ocasión de conquistarla con nuestro esfuerzo. Hay un dictador de pocas luces que nos toma el pelo. Un felón.
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