Un patán intentó sentarse en su sitio. Quizá para que se le pegue un poco de su gracia, de su sentido de la responsabilidad. Pero no, a patán se llega por voluntad propia, y una vez elegido este camino es difícil abandonarlo.
Leonor, nacida para reina. Es decir, tener unas obligaciones muy superiores a las de cualquier otra persona, y tampoco tener la libertad de movimientos de casi cualquier otra persona. A su corta edad nos ha podido decir: Confiad en mí. Y todos sabemos, o intuimos, que es digna de esa confianza y que no nos va a fallar.
¿Sabrán darse cuenta Sus Señorías, los diputados, especialmente los socialistas, del sentido de la responsabilidad que denota tener nuestra Princesa? ¿Podrían Sus Señorías, los diputados, especialmente los socialistas, decir confiad en mí? Serán muy pocos, en el caso de que haya alguno, y de entre los socialistas, ninguno.
Ha nacido para Reina y ha aceptado el papel. Sabe que pagará muy caro cualquier error que cometa, si lo comete. ¿Se dan cuenta los señores diputados? Ellos cometen error tras error y no les pasa nada.
Hay ahora un ser monstruoso, una hidra de siete cabezas, que amenaza la democracia, que quita el sueño a los demócratas. Siete cabezas tiene, Otegui, Aragonés, Puigdemont, Sánchez, Urcullu, Díaz y Belarra, y si se corta alguna es reemplazada por otra.
Nuestra futura Reina no va a combatir con la monstruosa hidra como Hércules, sino como Leonor, con su serenidad, con su sonrisa, con la razón. Los españoles la quieren.
Los socialistas pretenden tener razón en todo y no la pueden tener en nada, porque no les importa la razón, como vienen demostrando.
Todos los juristas de prestigio, de izquierdas y de derechas, han dicho que la amnistía es imposible. También lo dijeron los socialistas que hoy, tras un volantinesco cambio de opinión, la defienden.
¿Se darán cuenta los componentes del TC de que Leonor los está observando? ¿No les caerá la cara de vergüenza?
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