Tan seguro está de su triunfo el Felón que se mostró exultante y torpe, burlándose de los españoles, a los que ha pisoteado y estafado, como si tuviera a la nación maniatada y rendida.
Es tan obtuso que no puede comprender que la razón confiere mucha fuerza. No lo puede entender porque además de su falta de talento, nunca ha podido tener razón en nada, de modo que es algo que se le escapa por completo. Cuando esté en la cárcel se dará cuenta. O quizá ni entonces.
Tan seguro estaba que se permitió una abyección más, motivada por la envidia que le tiene a Ayuso, que es de otra pasta totalmente distinta. Sabe perfectamente que lo que dijo de la presidenta de la Comunidad de Madrid es absolutamente falso, porque si fuera cierto habría acudido al juzgado a denunciarla en su día. A ella se le escapó algo, hablando para sí, lo cual es muy lógico.
Y todo el ganado lanar, en el que está incluida la presidenta del Congreso, en lugar de avergonzarse de que un tipo tan despreciable, lo tenga sometido, se apuntó a la vileza de criticar a Ayuso.
Es de suponer que los señores que algún día formaron parte de este partido, en la idea de que era otra cosa, se habrán sentido avergonzados.
Otros socialistas que presidieron el Congreso no habrían permitido que el Felón se comportara de ese modo.
Por otro lado, estoy esperando a que algún diputado o diputada de los que debaten con él, en lugar de echarle en cara la ristra de felonías que ha cometido, lo cual seguramente le da mucha risa, que le pregunten. Cuando hable de democracia, que le pidan que explique este concepto. Cuando se refiera al cambio climático, que diga en qué se basa para estar tan convencido, cuando presuma de feminista, que dé a conocer su visión sobre el asunto. Porque no sabrá explicar nada, de ninguna cosa.
Entonces se le podrá decir que es un melón y el PSOE el melonar del que ha brotado.
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