En sus críticas a la amnistía que pretende el Felón, Odón Elorza hace las siguientes pregunta: ¿En qué cede Puigdemont? ¿A qué se comprometen a cambio los secesionistas?
O sea, que si hubiera contrapartida, según él, merecería la pena violentar la Constitución.
Están los partidarios de la dictadura que propone el Felón lanzando una mentira tras otra sin recato alguno, con desparpajo. Sobre la amnistía de 1977, sobre cualquier cosa.
El diario El País, que al final ha descubierto su vocación de panfleto, da la noticia de que en las manifestaciones frente a la sede del PSOE, para protestar por la brutalidad que pretende hacer, se ha gritado ¡Viva Franco! Como si con eso pudiera descalificar las protestas. Si el presidente del gobierno, en funciones, fuera un señor, no habría gritado eso. Pero es el Felón, un tipo con la cara más dura que un adoquín, como también es el caso de todos los que lo apoyan.
Y estos socialistas a los que no le importa la razón, ni la verdad, ni la justicia son los que quieren reescribir la historia. Los que pretenden decir quién tenía razón y quién no.
Estas cosas no se consiguen cambiando un relato, sino mostrando un comportamiento digno y respetable.
Esa fue la decepción que se llevaron las decenas de miles de socialistas honrados que dieron aquella primera mayoría absoluta al PSOE. Esperaban que su partido, mediante el comportamiento ejemplar de sus dirigentes, demostrara que la razón estaba de su parte. Pero el PSOE no se ha comportado nunca de esa manera, de modo que los votantes honrados se desengañaron y actualmente no debe de quedar ninguno. Ya solo votan a este partido los sectarios y los paniaguados.
En el PSOE hubo dirigentes honrados, pero no pasaron nunca del segundo nivel.
La deriva actual del partido demuestra que nunca hubo en él ni un indicio de honradez.
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