Un numeroso grupo de médicos catalanes que concede derechos a lo que no los puede tener, como es una lengua, en este caso la catalana, y se los niega a las personas, lo cual es, sencillamente, una brutalidad, le está haciendo un daño irreparable a Cataluña.
Su actitud es como si les otorgaran derechos a las motocicletas y se los negaran a quienes se desplazan con ellas.
Estos médicos, sin duda, han dejado que el odio se apodere de ellos, lo cual es muy peligroso. Porque si tienen ese modo de pensar tan estúpido cabe la sospecha de que quieran perjudicar a los pacientes que les hablen en español.
Aparte de esos detalles concretos, quedan otras cuestiones primordiales: Esta gente propaga el odio, eso es incuestionable y más todavía lo es que desdeña la educación y fomenta los malos modos, ignora la compasión, y desprecia la inteligencia. Todo en estos médicos gira en torno al fanatismo sectario y la ceguera voluntaria.
No comprenden, en su cerrazón, que por esa vía lo que consiguen es acelerar la desaparición de lo que dicen defender.
Una sociedad en la que han desaparecido por completo el sentido de la justicia, la educación, las buenas formas, el respeto al prójimo, la compasión y la comprensión está condenada al fracaso.
Y es triste constatar que los curas, que supuestamente predican todo lo contrario, o sea, el amor, la compasión, etcétera, traicionan su credo y colaboran en el afán de propiciar el desastre.
Es urgente pues salvar Cataluña de los catalanistas, y solo hay un modo: enseñar el respeto a las leyes y obligar a que se cumplan, y no sigue ese derrotero el gobierno de Sánchez, sino que impulsado también por el egoísmo y el odio, ayuda vivamente al derrumbe de la sociedad catalana. Va a ser muy difícil reinstalar en ella los grandes valores éticos y morales que no hace mucho tiempo la embellecían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario