Es tan burro, con perdón para los burros, que no se da cuenta de las mentecateces que dice. Ha llegado a la presidencia del gobierno por guaperas, y a pesar de que una vez en el cargo ha demostrado su incapacidad no lo quiere soltar. Sin el cargo no es nadie, de eso sí que se ha percatado.
Dice: «Si Feijóo no dependiera de Vox, habría aprobado la amnistía». ¿Cómo se atreve a decir eso si él mismo, el propio Felón, no estaba de acuerdo con la amnistía hace tan solo unos meses? ¿Cómo va a estar de acuerdo Feijóo con la amnistía si ninguno de sus votantes y mayoría de los votantes socialistas no lo está?
Además, ha osado decir eso sin tener en cuenta que a estas alturas no hay nadie que se crea nada de lo que dice. Y si hay alguno, o alguna, que afirme que sí que le cree, habrá que pensar que si miente es por algo.
Y aparte de demostrar esa singular ignorancia también muestra la bajeza que le es peculiar al insistir en su costumbre de estigmatizar a Vox, el partido de Ortega Lara, ese héroe, un auténtico resistente y no como él, que dice que lo es y unos cuantos bobos se lo han creído.
Él, que ha pactado con quienes secuestraron a Ortega Lara, y querían dejarlo morir en su celda, y ha pactado con quienes han soltado a criminales peligrosos, preconizan el acoso, al que llaman escrache, y promueven la aberrante okupación, y ha indultado a delincuentes muy peligrosos y dañinos, no tiene ningún derecho moral a estigmatizar a Vox. Otra cosa es que su escaso talento le dé para comprender eso.
En lo que más se le nota la rudeza es en la educación. No tiene. No es extraño que eligiera para sustituirlo al homínido de Valladolid, que tampoco tiene.
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