martes, 27 de febrero de 2024

El Koldogate y la estrategia socialista

 

Pretenden los socialistas circunscribir, ante la opinión pública, el penúltimo escándalo al menor número posible de personas, con el fin de que no salpique al partido ni, sobre todo, al presidente.

Por otro lado, y con el fin de poder decir que en todas partes cuecen habas, acusan al PP de lo mismo. El problema es que como Sánchez le tiene tanta envidia, se entran en Ayuso y ella sabe defenderse muy bien. Ya en la anterior ocasión en que él vertía insidias de modo vil, demostrando una vez más que no tiene categoría para estar en el cargo, dio lugar a que ella reconociera que le gusta la fruta, latiguillo que la gente torpe no acaba de entender, por lo que lo usa de modo inofensivo. Para que haga efecto ha de haber una causa que lo justifique y la están volviendo a dar, por lo que de nuevo recibirán lo suyo. Si Sánchez insiste por ese camino, se estrellará contra Ayuso y se romperá la crisma.

El otro punto, el de convencer a la opinión pública de que solo son dos o tres, también es pueril. A estas alturas ya sabe todo el mundo que el PSOE es el partido más corrupto de Europa, en todos los órdenes, no solo en el dinerario. Desde Felipe González, siempre ha querido tener a los jueces controlados y amedrentados, y la mayor canallada que hizo Aznar, y fueron varias, consistió en no devolverles la independencia, como había prometido.

Los votantes socialistas se van dando cuenta de que el PSOE no es lo que ellos creen y que al votarlo pierden dinero, pierden la dignidad, pierden la ilusión, así que cada día son menos y Sánchez se ve obligado a recurrir a delincuentes peligrosos, terroristas, analfabetos, sinvergüenzas y cantamañanas para poder seguir disfrutando de su cargo, aunque carezca de preparación y de atributos morales.

Esos libros míos

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