miércoles, 4 de agosto de 2021

A ver, Peleteiro

 

Peleteiro ha tenido la virtud de poner sobre el tapete algo que se sabe desde tiempo inmemorial: que se puede ser presidente del gobierno, repartidor de bombonas de butano, cirujano en vascuence o en español, cartero, admirador de Pepiño Blanco, alumno de Sevilla Segura, atleta de elite…, y al mismo tiempo gilipollas.

Ha dicho ella: «que los dos medallistas fuéramos negros le joderá a mucha gente». La humanidad comete errores y muchos de ellos de bulto, pero de algunos se va dando cuenta. Que la sociedad corrige algunos de sus errores es un hecho comprobado. Pero hay algunos que perduran, y son muy peligrosos, como el del comunismo, que lo infecta todo y sigue ahí.

El antiguo problema de la negritud no es igual en España que en otros lugares. Guinea Ecuatorial fue una provincia de España, como el Sahara Occidental, del que se ha apoderado Marruecos por el morro. Todavía no es oficial, pero lo será. Lo de la Marcha Verde estuvo muy bien planificado y pilló por sorpresa al gobierno español. Cuba, entre otros lugares, también fue provincia española. Digo todo esto, porque en tiempos pasados hubo muchos españoles, de pleno derecho y por nacimiento, que eran españoles.

En España hoy en día hay mucho racismo, pero procede de los comunistas, que ordenan acosar a los que no piensan como ellos o no ceden a sus pretensiones, de los catalanistas, de izquierdas o derechas, que siendo fascistas llaman fascistas a los que no lo son, de los que son simpatizantes de ETA o la toleran o piensan que es el momento de pasar página -siempre, para ellos, ha sido el momento de pasar página-, o sea, que al final resulta que el racismo está más presente en aquellos a los que quiere gustar Peleteiro que en aquellos a los que supuestamente quiere ofender.

Peleteiro será una atleta de elite, pero al final eso no significa nada. La estupidez invade todas las razas.

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