Es una empresa que se va de España y los empleados que tenía quedan en peor situación. Sin embargo, los impresentables de costumbre, a los que hay gente desinformada o malintencionada que les vota, se han dedicado a criticar a esta empresa llamándola explotadora.
Ya he contado anteriormente que el promotor inmobiliario más importante de mi zona, ya fallecido, contaba que cuando se estaba haciendo su chalet vio que los albañiles tardaban tres o cuatro días en hacer un escalón. Les llamó la atención por ello y automáticamente pidieron la cuenta y se despidieron. Los albañiles en aquel tiempo podían elegir empresa.
Él mismo los habría vuelto a contratar si se le hubieran ofrecido de nuevo. Y esa y no otra es la obligación del gobierno: procurar las cosas del mejor modo posible para fomentar el empleo. Estos gobernantes que sufrimos tienen la costumbre de llenar la estancia de humo, para confundir al personal y que no se fije en lo que realmente importa.
Si las condiciones de trabajo de Deliveroo eran malas, pero había tanta gente que las aceptaba es porque no encontraban nada mejor. Y ahora ya no tienen ni eso. Por lo menos, a bastantes de ellos les debe de quedar la vergüenza, algo que Echenique no sabe lo que es.
Suprima el gobierno todos los gastos superfluos, que son muchos, no sólo el Falcon, sino también todos esos ministerios supuestamente de adorno, pero que en lugar de adornar afean, todas las televisiones regionales, todos los chiringuitos improductivos, que deben de ser casi todos, y tendrá que ver como la economía del país mejora y los trabajadores pueden empezar a mirar el futuro con optimismo. Claro que estas cosas, las expectativas de los demás, a los psicópatas no les importan demasiado, puesto que están absorbidos por el disfrute del poder.
Y lo que quieren los bolcheviques es que todo vaya mal, para que pueda triunfar la revolución que pretenden.
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