sábado, 21 de agosto de 2021

Me Too y los talibanes

 

No han salido las del movimiento Me Too a protestar por la situación en que quedan las niñas y las mujeres afganas, pero eso era previsible. Si no lo han hecho no es porque tengan miedo, que seguro que lo tienen, sino porque su intención nunca ha sido la de defender a las mujeres, sino boicotear la civilización y, en este sentido, le viene bien el triunfo de los brutales talibanes. ¡En qué manos han quedado las niñas, las mujeres y los cristianos en Afganistán! ¡Y cómo se ríen de la ONU y de la OTAN los totalitarios! Habida cuenta de lo caras que nos cuestan estas instituciones y de su nula utilidad, habría que disolverlas.

La finalidad del movimiento Me Too es la venganza, no la justicia, y con esto está dicho todo. De la venganza se han ocupado los mejores cerebros de la humanidad. Sócrates, Marco Aurelio, Cervantes, Goethe, entre otros, se han ocupado de ella. A pesar de que este movimiento, Me Too, no pretende nada bueno, sino arruinar reputaciones, sin pruebas ni jueces de por medio, algunas señoras respetables le han ayudado a prosperar dando por buenos algunos de sus ‘logros’.

El feminismo fue un movimiento extraordinario, muy beneficioso para la humanidad, pero se han apoderado de él, tergiversándolo, los mismos que han producido el Me Too. Se trata desestabilizar, de hundir la civilización.

Con la misma intencionalidad ha surgido Black Lives Matter, también vengativa y con el objeto de desestabilizar el sistema, de cargarse la civilización. Y es que los cabecillas de todas estas corrientes tan perniciosas, totalitarios ellos, cuentan con unos aliados fundamentales, sin los que no sería posible que saliera adelante ninguna de ellas: los bobos. Ver cómo ponen rodilla en tierra unos y cómo se suman a los infames linchamientos otros resulta deprimente. Porque lo de ser bobo es una vocación, muy fuerte además.

El pronóstico es que nos vamos todos a la mierda, salvo que ocurra un milagro.


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