Me pasaron un artículo de este podemita en el que se refiere a los hijos de alguien de Vox y, por extensión, a los de todos. Como enseguida anuncia su intención de molestar y lo remarca acto seguido, ya no leí más.
Tampoco creo que hiciera falta, porque el desarrollo del asunto se adivina fácilmente. Y la cuestión es que se trata de un campo muy trillado. La Biblia creo que es anterior al podemita este, y a todos los podemitas. Incluso anterior a Heráclito, que según Anguita fue el primer socialista de la historia, aunque los podemitas son bolcheviques. En la Biblia pone que los hijos son de Dios y que sus padres tendrán que rendir cuentas de lo que han hecho con ellos. De modo que si Dios existe, esto es lo más terrible de todo, puesto que aunque un buen número de los que se dicen creyentes lo toman por idiota, no está claro que sea así.
Pero si descendemos un escalón y del plano espiritual pasamos al físico o terrenal vemos que el Estado, cuando ha querido, ha cogido a los hijos y los ha mandado a la guerra. O sea, que también por este lado llega tarde el podemita bolchevique. Quedan intactos, no obstante, sus deseos de fastidiar. Otra cosa es que lo consiga y toda persona de bien debe desear que no.
Y subiendo un escalón, hasta el intelectual nada más y nada menos, recuerdo un artículo de Fernando Savater, hago hincapié en que hablo de memoria, en el que, de modo civilizado y con intención de informar o explicar, decía que si bien los hijos son de los padres, éstos están sujetos a unos límites, con lo cual no hay más remedio que estar de acuerdo, porque todos, incluso los podemitas, debemos actuar dentro de los límites de la Constitución.
Lo de decir chorradas queda fuera de concurso.
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