Le ha salido bien la jugada a Feijóo. Hacer tratos con un vicioso de las trampas que, además, siempre miente, es muy arriesgado. Pero tan seguro estaba Sánchez de su triunfo que ha dado motivos para romper el trato.
Ha salido en tromba Bolaños, que tiene cara de niñato, a decir niñerías, que Feijóo ha cedido ante ‘la derecha más extrema’. Ponen etiquetas y dan por hecho que todos les creen. Es Sánchez quien cede ante la derecha más extrema, que es la compuesta por los nacionalistas vascos y catalanes, la izquierda más extrema y los terroristas, a los que se homenajea sin cesar, sin que le caiga la cara de vergüenza. Al niñato. También todos los de la extrema izquierda han reaccionado diciendo sandeces. ¿Qué sabrá YolyParo de democracia? Dijo la lerda: «no frivolicemos con la libertad: el comunismo es la democracia y la igualdad». Así de dura tiene la cara. Pero es que también piltrafas morales como Echenique o Llamazares hablan sin saber lo que dicen o mienten descaradamente. Cualquiera de las dos cosas los descalifica para estar en política.
Lo fundamental en una democracia, lo que constituye la base de la misma, es la independencia judicial. Si los jueces están controlados por los políticos, los ciudadanos quedan indefensos ante el poder. Eso es totalitarismo. Lo que pretende la izquierda actual, tan indeseable como parece serlo. A los demócratas de izquierdas ya les han puesto el cartel de fachas.
Hay un sector de entre los medios que ha cavado una trinchera, desde la que dispara a quienes ha señalado como enemigos. Eso no es informar. Y quienes leen o escuchan a esos medios no desean ser informados, sino gozar con la sangre. Esos medios atrincherados también vomitan mentiras y sandeces. Son, ocioso es decirlo, enemigos de la democracia. Si aceptan las mentiras, las trampas y las zancadillas, no son demócratas.
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