domingo, 28 de mayo de 2023

Erradicar la pobreza

 

Conviene tener en cuenta que no es lo mismo querer erradicar la pobreza que decir que se quiere erradicar la pobreza.

Para hablar de la cuestión hay que tener en cuenta los conceptos. El motivo por el que existe la pobreza está explicado en la Biblia: El becerro de oro tiene multitud de adoradores.

Veamos: el dinero es un artilugio que sirve para agilizar el comercio y facilitar con ello los intercambios de bienes y lograr que sean más justos. El problema se origina cuando se le convierte en dios. Además tiene una particularidad y es que al dios dinero no lo traiciona nadie, todos le son muy fieles devotos.

Estas parecen cosas obvias, pero al oír hablar a muchos de los que tienen grandes responsabilidades queda la evidencia de que no lo saben o hacen como que no lo saben.

La pobreza existe desde el principio de los tiempos y es ingenuo pensar que se puede resolver de un plumazo, como si nuestros antepasados o buena parte de ellos no lo hubieran deseado.

La única manera de ir reduciéndola consiste en la utilización eficiente de los recursos disponibles, que es el modo en que puede aumentar la oferta de puestos de trabajo. Es decir, todo el dinero que logra recaudar el Estado debe dedicarse en primer lugar a pagar los gastos imprescindibles para su funcionamiento. Este concepto tampoco lo tiene claro la clase político. Me refiero al de los gastos imprescindibles. Cada céntimo que se gaste de más es una puñalada a los pobres. He aquí la diferencia dicha al principio.

Y tan importante como el uso eficiente de los recursos es el fomento de la concordia entre los ciudadanos, la enseñanza, mediante el ejemplo, de la educación y los buenos modales. Y campañas bien hechas para la erradicación o disminución del odio. Este sentimiento tan nefasto es un gran multiplicador de la pobreza. Merece la pena hacer un esfuerzo para entender esto.

Esos libros míos

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