Me refiero en este caso a los valencianos. Tezanos quiere darnos unos sustos de muerte, pero ya todo el mundo lo conoce y sabe perfectamente que lo suyo es malasombra.
GAD3, por el contrario, suele acertar en sus predicciones y en este caso concreto sirven de aviso: si Podemos, ese partido de gente tan lerda, logra entrar en el Parlamento, el catalanismo proseguirá con su labor destructiva.
Si gana la derecha, que es lo deseable, el catalanismo tampoco desaparecerá del todo, puesto que desde la traición de Zaplana, ordenada por el impresentable Aznar, y consolidada por el no menos impresentable Camps, el cómplice del catalanismo.
Por su parte, el candidato de Vox, preguntado sobre el caso, también se la coge con papel de fumar.
Pero menos da una piedra y si consiguen formar gobierno estos dos partidos, no se dará un paso entero en contra del catalanismo, pero sí, al menos, medio paso. Es posible que vuelvan a cerrar la televisión valenciana, reabierta para que nos familiaricemos con el engendro de Pompeyo Fabra. Y digo que es engendro porque fue hecho con criterios políticos y no filológicos.
Hay que recordar que Alberto Fabra la cerró para dedicar el dinero que cuesta a la Sanidad. Y que es inmoral que habiendo necesidades en este campo, que las hay y muchas, se le detraiga dinero para dedicarlo a algo tan improcedente como improductivo.
Hay que decirlo claramente: en contra de la opinión de la ‘gran pensadora’, dicho esto en tono irónico, Carmen Calvo, que parió aquello de que el dinero público no es de nadie, es criminal gastar dinero de los impuestos en banalidades y caprichos de los políticos. Es posible que muera o enferme gravemente gente por no poder recibir la atención que necesita, o que haya que cerrar negocios por no poder pagar los impuestos que se les piden.
Esperemos que haya una mayoría de votantes sensatos.
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