jueves, 4 de mayo de 2023

Sopa juliana indigesta

 

Isabel Díaz Ayuso es el malecón contra el que rompen las olas de la insidia y la malasombra, para quedar amansadas y sin efectividad. Su secreto consiste en saber que ceder ante los abusones lleva a que abusen más.

Los hay que bravuconean ante la RAE, que ni puede bajar sueldos, ni tampoco multar. Hay académicos que saben cuál es su misión y se esmeran en cumplirla en beneficio de los usuarios de la lengua. Fernando Lázaro Carreter se esforzó lo indecible para que el personal no tilde ‘elite’; la mayoría de los académicos ha convenido en que ‘solo’ no debe tildarse.

Pues esos que se sublevan ante la RAE obedecen sin rechistar cuando el jefe de Opinión les ordena cuadrarse. Toca fuego a discreción contra la presidenta de Madrid, y en ello están, buscando subterfugios, mintiendo, hablando de protocolos o leyes, pero omitiendo partes importantes, todos con el culo al aire, humillados por quien les manda.

Sin olvidar que el pobre Bolaños, en su intención de hacerle la pelota al jefe, a quien ha perjudicado no es a Isabel Díaz Ayuso, sino al PSOE madrileño, que ha protestado. Da pena este chico, al que han hecho ministro y no sabe como agradecerlo.

Escritora hay que con la intención de que pongan su nombre a alguna cosa, una estación de ferrocarril, un playa, un río, y, sobre todo, con el deseo de agradar a la dirección del medio que le publica sus artículos, y olvidando que se ha dejado fotografiar en muchas ocasiones con ropas horteras, ha calificado de hortera la vestimenta de Ayuso para la ocasión, y ha confundido la hombrera goyesca que lucía con una taurina. Es un error impropio en alguien que tiene preparación. Se limita a disparar para que sepan en la casa que ha disparado.

La lección que deberían aprender quienes aspiran a ser buenos políticos es que respetar la ley y los procedimientos merece la pena.

                                 Esos libros míos

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