Las hay, personas sin duda no muy dotadas de ella, que atribuyen inteligencia a Sánchez. Si tuviera, no se habría abrazado a Podemos, con lo cual se suicidó políticamente y se condenó a pasar a la historia como el más deplorable de los presidentes.
Todavía no se ha enterado, con lo cual… De lo que sí que se ha dado cuenta y está muy irritado por ello, es que los podemitas no son tan sumisos con él como los otros ministros, sino que a quien obedecen sin rechistar es a otro.
Ha visto la luz el hombre en una rubia de bote dispuesta a traicionar a aquel. En realidad, dispuesta a traicionar a quien sea. Nadie con dos de frente la puede votar. Solo quienes tienen cerebro de mosquito lo pueden hacer. En su día, Iglesias consiguió hacer creer a personas ilustradas que tiene cerebro, sin duda porque se dejaron engañar por sus propios deseos, pero a estas alturas, cuando ya llevan tanto tiempo en el escaparate es imposible que consigan engañar nadie. Sus votantes solo pueden ser gentes similares al descerebrado que actuó en el acto de la ministra del paro, de las trampas y de las mentiras.
Cabe pensar que además de la incomodidad de Sánchez con los podemitas puede haber algo más, y es que Tezanos, que de puertas adentro puede que no sea tan embustero como de puertas afuera, haya avisado de que los votantes socialistas ya no ven con buenos ojos la alianza con Podemos. Lo de soltar violadores y pederastas les ha sentado mal.
Así pues, un felón no puede más que urdir felonías y ha acabado ganando para la causa a la ministra del paro, de las trampas y de las mentiras, que puesta en la tesitura de elegir entre dos gallitos de corral ha tomado su decisión, sin comprender que personalmente es la que menos le conviene, porque tras elecciones se quedará en tierra de nadie.
Otra cuestión es que a los traidores no les gusta nada ser traicionados.
Esos libros míos
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