Se le había avisado desde casi todos los sectores que la ley conocida como ‘solo sí es sí’ iba a tener las nefastas consecuencias que todo el mundo conoce, pero Sánchez las había hecho ya muy gordas; entre otras muchas, había pactado con Podemos y con Bildu, manoseado groseramente la fiscalía general, indultado a los delincuentes catalanes, favorecido a los terroristas, etcétera, y sus votantes no solo habían aceptado todo eso, sino que, además, calificaban como fascistas a quienes no estaban conformes.
Por eso esperaba que los suyos le aguantaran también esta otra fechoría y se sorprendió mucho al ver que a los socialistas no les gusta ver a los violadores y pederastas por la calle. Pero él, que se considera más que un faraón, no se va a bajar del burro y los podemitas tampoco colaboran.
En su estrategia, pretende hacer creer que no tiene ninguna culpa, sino que toda recae en Podemos, pero eso es mentira. Él presidente del gobierno que la ha promulgado, de modo que la responsabilidad es suya. Se le ha dicho, y lo tiene que haber comprendido. No es muy listo, pero para eso le tiene que llegar.
La cercanía de las elecciones lo tiene fuera de sí. Acostumbrado a hacer trampas en todo -tan poca fe tiene en sí mismo-, no sabe ya cuál hacer en la próxima contienda electoral. Seguramente, le esconden las encuestas de GAD3. De momento, ha pedido perdón por la citada ley, como si no tuviera culpa, con la intención de que los socialistas lo den por bueno. Pero los pederastas siguen por la calle y saldrán más y las palabras se las lleva el viento, sobre todo las suyas.
Pedir perdón nada más cuando en su día aprobó la ley a pesar de que era consciente de lo que iba a ocurrir es muy poco para quienes están asustados o cabreados. Y los de Podemos tampoco están muy conformes con la deriva que están tomando las cosas.
Esos libros míos
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