Los trucos de prestidigitación de que se sirve Sánchez y que, sin duda, cree que se trata de ideas geniales lo que demuestran, en realidad, es que se sabe inepto y rodeado de ineptos.
Sacar a colación a Franco puede traer la consecuencia de que Vox ponga en circulación el momento del vídeo de la moción de censura en el que Tamames dice que el culpable de la guerra civil fue Largo Caballero. También que muchos ciudadanos, afiliados a partidos políticos o no, exhiban noticias y documentos sobre las checas, Paracuellos, despeñados por los barrancos, paseíllos, violaciones, etcétera.
Felipe González podía permitirse el lujo de tener alrededor gente que sabía gestionar y demostrar competencia ante el público, y hasta alguien tan brillante como Jorge Semprún, que de haber vivido habría abominado del sanchismo desde el primer día.
Sánchez no sabe más que traicionar, enredar y manipular, y a eso le llama resiliencia. Ya veremos la que tiene cuando salga de la Moncloa.
Está intentando acabar políticamente con Iglesias, pero no con la limpieza con que Ayuso lo sacó del primer plano, sino mediante el juego sucio de utilizar a Yolanda -que ha aceptado el trato- contra él y a la que también tirará a la basura en cuanto ya no le resulte útil, presumiblemente después de las elecciones generales.
También intenta enfrentar a Feijóo con Ayuso lanzando la especia de que ella conspira contra él, sin tener en cuenta que la presidenta de Madrid es un animal político que está por encima de todo el PSOE actual, e incluso de Feijóo. No es probable que éste caiga en el error de Casado, porque se habrá dado cuenta de el error puede venir de su parte; es decir, si falla, ella estará a punto, pero si no lo hace el candidato será él. Ayuso no representa ningún peligro para Feijóo, sino que si él llega a ganar las elecciones será gracias a ella.
Esos libros míos
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