La caja de ahorros más importante era La Caixa, y según manifestó Salvador Climent en una entrevista publicada por ValenciaPlaza el 12 de febrero de 2017, fue rescatada de forma encubierta mediante la entrega del Banco de Valencia.
La segunda y la cuarta más importantes, Caja Madrid y Bancaja se fusionaron, dando lugar a Bankia, para intentar sobrevivir, lo que pudo haber sido posible si Rodrigo Rato, enfadado con Olivas, no hubiera dejado caer al Banco de Valencia.
La tercera era Caixa Cataluña, cuya presidencia la ostentaba Narcís Serra.
Las cajas de ahorros cumplían una función necesaria, pero tomadas al asalto por políticos ávidos han desaparecido sin que nada las sustituya.
Rato fue juzgado y condenado, pero sin las querellas de UPyD es posible que hubiera acabado siendo presidente del gobierno en sustitución de Rajoy, por decisión de la cúpula del PP.
Si UPyD hubiera tenido más dinero y más medios también hubiera puesto querellas contra los demás, porque esa información se dio en su día, por lo cual es posible que el presidente de Caixa Cataluña, Serra, hubiera pasado por el mismo trago que Rato. Hay que tener en cuenta que el rescate de esta caja costó tanto, o quizá más, que el de Bankia, que era la suma de dos cajas.
El caso es que se habla mucho de corrupción, como si todo el mundo estuviera harto y quisiera acabar con ella, pero luego ocurre que la única corrupción que importa a los votantes es la de los contrarios, la del partido propio no se tiene en cuenta. Fue por eso que UPyD, el partido que más y mejor había luchado contra la corrupción, se quedó sin votos, por lo que no pudo poner ni una querella más y tuvo que retirarse de las que había puesto.
El partido que había querido fagocitar a UPyD, Ciudadanos no asumió ninguna, ni hizo suyas ninguna de sus propuestas programáticas, de lo cual se pueden extraer conclusiones.
Esos libros míos
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