Hay una empresa, Celsa, cuyo sector tiene problemas de un tiempo a esta parte. Pero podría ser que el mayor de los problemas que sufre provengan de que está bajo dominio catalanista.
El catalanismo, no me cansaré de decirlo, es destructivo, pero también y lógicamente autodestructivo. No hay más que fijarse en la serie de botarates que se van sucediendo al mando del gobierno regional catalán y de muchas de las alcaldías de Cataluña. Son tan melones, por decirlo de modo suave, que todavía no se han dado cuenta de que forman parte del Estado, al que perjudican, y que ha habido que cambiar las leyes para no tener que meterlos a todos en la cárcel.
Pues el Deutsche Bank quiere recuperar su dinero y piensa que el único modo de conseguirlo es tomar el control de la empresa, y seguramente sacar la sede social de Cataluña, y quizá algo más que la sede. Pero hay un problema y es que el gobierno puede bloquear la operación mediante el escudo antiopas.
Y en estas que el Deutsche ha decidido fichar a Zapatero para que medie ante el gobierno. Dicen que esta noticia es un bulo, pero es posible que no lo sea, porque estas cosas para que salgan bien hay que llevarlas en secreto.
Lo que se demuestra en caso de ser cierto es la opinión que tienen en ese banco de Sánchez. Porque a estas alturas todo el mundo sabe que Zapatero es inepto, que parece el mayordomo de Maduro y que se junta con todos los malos bichos del mucho. Y si no lo sabían, lo habrán tenido que averiguar, ya que un fichaje así no se hace de cualquier manera.
Si eligen a este para interceder ante Sánchez es que piensan que son de una catadura similar. No se equivocan.
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