sábado, 29 de abril de 2023

La aporofobia de Belarra

 

Del mismo modo que el Doctor lanzó una acusación tras otra sobre Feijóo, sin dignarse a explicar ninguna, como si por haberlo dicho él fuera suficiente, lo cual además de una grosería es también una ingenuidad, porque su palabra no vale nada, Belarra también ensarta estupideces que no se sostienen de ninguna manera, pero ella las sostiene con esa seriedad que asusta, de niña de la curva, de ser sin alma que aparece de improviso.

Por cierto, Albiac, en su columna sobre el asunto hizo notar que cuando el Doctor dijo la palabra ‘peripatético’, pensando que quería decir ‘más que patético’, a ningún senador se la escapó la carcajada. O sea, todos del calibre intelectual de Belarra.

Ella acusa de aporofobia, una palabra nueva para definir algo antiguo -cualquier día descubrirán Catarroja, le cambiarán el nombre y mostrarán el hallazgo con gran alborozo-, a Vox y al PP, que defienden la propiedad privada, sin la cual no hay progreso, sino ruina.

Por supuesto que la palabra aporofobia no la inventado Belarra, que lo único que podría inventar es la tos, sino que la emplea sin darse cuenta de que contra quien se podría blandir es la izquierda caviar, esa que mira con displicencia, ahíta de superioridad moral, a los pobres porque no tienen talento ni formación.

Pero viene más a cuento aplicada a los podemitas, que incapaces de argumentar, dada su falta de talento y de razón, actúan siempre con prepotencia. Les gusta jugar con ventaja y cuando la tienen la aprovechan al máximo. Habría que poner cámaras ocultas en sus casas para ver cómo tratan a la servidumbre, hasta qué punto le hacen pagar su condición de paria.

Todos los tipos inferiores, como lo son los podemitas, necesitan sentirse superiores al resto, y se inventan justificaciones insólitas para ello. No hay más que oírlos hablar, y oírlas, para pensar enseguida en un rebaño. Pongamos que de cabras.

Esos libros míos

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